Pages

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Lost in translation


Era increiblemente guapa. Su pelo largo y rubio nórdico cubría la mayor parte de sus hombros y hechado hacia adelante dejaba entrever el escote de su camisa blanca. Sus ojos ligeramente maquillados acentuaban su iris azul mar. En la nariz no me fijé, porque justo debajo amanecían unos labios carnosos que cuando sonreía dejaba entrever unas palas separadas por escasos milímetros. 

Enseguida me reconoció, y al andar a mi encuentro sus caderas dibujaban un extraño movimiento lateral como si de un péndulo de reloj antiguo se tratase. 

Durante unos segundos, minutos en mi mente, me preguntaba como tal belleza había podido caer del cielo para verme a mi. Pensaba en su edad. Buscaba sus patas de gallo, a ver si eso delataba los veintitantos, pero lo único que conseguí fue volver a quedarme hipnotizado con sus ojos azules. 

La saludé, y la hice pasar. Nos sentamos y nos miramos fijamente durante unos segundos. Ella volvió a sonreir quizá porque a lo mejor no esperaba a alguien como yo en aquel lugar. O simplemente estaba nerviosa porque era la primera vez que hacia esto.

- Bueno... Juan... - dijo ella con un ligero acento anglosajón y una voz turbia debido a la vergüenza.

- Perdona - la interrumpí-. ¿Te llamas?

- Soy Shana, la hermana de Ann. 

- Encantado- respondí yo.
- Vengo para decirte que la familia volvemos a Inglaterra. Es precipitado, pero mi padre esta muy enfermo y quiere volver a casa. Tiene miedo a morirse y no ver a su madre por última vez.

- ¿Es definitivo? ¿Y cuando será eso?- dije yo mientras cerraba mi agenda e intentaba concentrarme en una conversación que no esperaba.

- Sí. El viernes que  viene tenemos el vuelo. Es por eso que mi hermana esta tan triste y queriamos que lo supieses.

- Sí. Lleva dos dias llorando en clase. Lo tiene que estar pasando mal. Es duro dejarlo todo atrás, y tener que volver a empezar. Y ver como su padre enferma no debe ser fácil para ella. Pero traquila, es joven y lo superará.

- Solo era eso. Gracias por ser tan comprensivo- dijo con dificultad de pronunciación.

Se levantó. Me dió la mano y me miró con los ojos enrojecidos a punto de estallar en lágrimas. Se dió la vuelta y salió de la sala cerrando suavemente la puerta.


Me quedé un instante mirando la puerta, pensando, y luego me dije:

- ¡Qué guapa es, dios!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Los besos y los abrazos los dejamos para más tarde.


Cuando entró en su antigua clase misteriosamente todos los alumnos se quedaron en silencio. Era tal el respeto y la devoción que tenian por ella que no tenian palabras para decir lo que sentían. Ella dijo hola y los niños contestaron como en un anuncio de Ausonia. Una niña que no pudo aguantar la tensión se levantó, y se lanzó sobre ella. Entonces rompió a llorar. Automaticamente, el resto hizo lo mismo y la escena se trasformaba en una alegría nostálgica por la maestra que los había marcado y que ya no podía estar con ellos, aunque ese fuese su mayor deseo. 

Cuando por fin consiguió despedirse de los niños y niñas, ella no paraba de repetirse que queria volver a la que ella consideraba su escuela. Sentía que se había dejado la tarea de educar a sus alumnos a medias. Deseaba poder volver y terminar lo que a principio de ciclo empezó.

Más tarde, cuando ya eran las cinco, a la salida, los niños corrieron a decir a su padres que Laura había vuelto. Entonces se repitió una escena parecida. Todos preguntaban por ella. Por su nueva vida y dónde y por qué había ido a parar a otra escuela. Le decían que era una pena que se hubiese marchado. Que con ella estaban muy contentos y que no sabían si la nueva maestra lo haría tan bien como ella.


Aún no entiendo por qué el departamento nos sigue tratando con esta frialdad. Cómo si solo fuesemos un número en su cuenta. No entiendo por qué el departamento no entiende que hay maestros y maestras con ganas de trabajar, que consiguen lo que se proponen y que dejan huella tanto en los alumnos, como en las familias, como en el centro que siempre consideraran suyo. 

Es triste ver, como las ilusiones de un colectivo educativo (padres, madres, alumnos y maestros) a veces se ven truncadas por un simple clic de ordenador.  Ya que una persona  se daría cuenta que cambiarte de ese lugar es un error.

Aun así, sé seguro que esta persona estará bien donde quiera. Porque este donde este, será una gran profesional. Pero aun así, tendrá que vivir con la ilusión de un día volver y siempre tendrá la incertindumbre de si así será.


A ti, maestro y maestra que sufres cuando te ocurre algo así.

viernes, 24 de septiembre de 2010

No te pensaba invitar.


Sé directo, me dijo un amigo cuando ya estaba cansado de buscar al amor de mi vida. No te andes con rodeos, me dijo cuando intentaba buscar la conversación y la amistad en ellas. Y sobretodo, diles las cosas directamente cuando las pienses.

Y eso he hecho. Y de momento no funciona mal el sistema. En mi nueva escuela doy mi opinión como el que más y además no me callo nada. Basta ya de estar en la sombra de una escuela que propone cosas sin sentido. Por fin soy yo el que propone la cosas. Y va y resulta que además tengo gente que me sigue y  acompaña en mis ideas.


Hoy, a las dos, yendo de camino al café del jueves (es el único descanso que tengo en todo el día), ibamos unos cuantos commpañeros de camino a la cafetería que se encuentra a escasos dos cientos metros de la escuela. De pronto me he encontrado con la maestra de inglés. Mientras el resto continuaba su camino hacia la cafeína, he pensado por segundos que queria conocerla y le he dicho:

- Vols vindre a fer un cafè, Anna?- mientras el resto se alejaba.

- No. Merci, en un altre moment!- Contesta ella muy simpática.

- ¡Tranquil·la! Que no pensava convidar-te- Le he contestado sin pensar.

Raúl me ha mirado con mala cara pensando en la frase que le había dicho.  En cómo había contestado así a una compañera que ni siquiera conocía. Hemos continuado hacia "el Garrofer" y hemos tomado el dichoso café sin darle más vueltas en si lo que le he dicho le ha sentado mal o bien.

Por la tarde, y después de cuatro horas de clase los niños estaban insoportables. He sacado lo que quedaba dentro de mi y ha sido más o menos soportable. A las cinco, cuando la escuela ya estaba casi vacia, Lluis y yo nos hemos coordinado, llevamos dos semanas sin hacerlo. Y más tarde ha llegado el momento de salir y dejar la escuela después de diez intensas horas de trabajo. Me he acercado a la sala de maestros (acabo de recordar que es el segundo dia consecutivo que me dejo el tupper dentro de la nevera) y allí estaba Anna. Aún trabajaba haciendo fichas de inglés.

- Encara continues aquí? Què no te canses?

- No em queda un altra. És "lo" dolent de tenir un terç de jornada.

- I ara què fas?- le pregunto mientras miro una tela de araña que estaba pintando para hacer un mural con vocabulario anglosajón.

- Estic fent un mural, però, no m'ha quedat massa bé.

- Doncs la pròxima vegada deixa'm que t'ajudi.

- No. No cal, gràcies. Tot hi que m'han dit que aquestes coses se et donen molt bé.

- Per això mateix t'ho dic. Però ja vec que la teva dinàmica és dir-me a tot que no avui.

Entonces empezó a reirse y la dejé con su sonrisa para salir de la escuela. De camino a casa, hice una pequeña parada para hacer una encuadernación. Al salir, volviendo a hacia mi humilde morada veo como ella va caminando dirección la parada del autobús. De repente, cambia de dirección y entra en un bar. Mi primer pensamiento es que seguramente había quedado con alguien. De pronto, cambio mi itinerario y me acerco hasta el bar. Miro por la puerta y veo que está sola. Entro.

- Què fas aquí? Dona la sensació com si t'estiguès perseguint avui!

- Estoy esperando el autobús. Voy a Barcelona- contesta en perfecto castellano.

- ¿Quieres compañia hasta que venga?- le digo esperando de nuevo una negativa suya.

- , claro- contesta de nuevo con la sonrisa de la sala de maestros.



Después de media hora de conversación en la que nos hemos conocido un poco más, volvió a decir que no. No quiso que le pagara el café, y con una sonrisa,  se levantó, pago ella y dijo:

- El próximo jueves a las dos. Pagas tú.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Vivo más de noche que de día...


Como diría la canción de la Fuga, las noches se suceden una destrás de la otra cobrando así el sentido que se merecen estas fiestas de Cenizate.

Aparentemente todo es normal, un año más que lo dedicamos a ir a nuestro querido pueblo a bajar a la Abuela Santa Ana. Como siempre hacemos el recorrido típico, fijado y planeado desde hace años. Quedo con mi madre a eso de las ocho y media, me ducho, me visto (hago uso de mis mejores galas para la ocasión), y bajamos juntos hacia la plaza del ayuntamiento donde oiremos el pregón de cada año y nombrarán a la nueva reina de las fiestas.

A continuación, subimos hacia la ermita para ver el castillo de fuegos artificiales. Es curioso, porque durante el trayecto, año tras año ves a la misma gente. Un poco más mayor. Un poco más madura. Al llegar a la esquina de siempre te busco con la mirada y te encuentro. Es increible pensar que sólo vea a una vieja amiga en el mismo lugar cada año. Nos saludamos y bromeamos porque los dos nos buscamos al llegar a ese lugar. Y reimos porque parece que hemos instaurado entre nosotros esa ley que dice que solo nos podemos ver unos minutos al año. Me dices que te casas y yo te digo que sigo soltero. No pasa nada, la vida continua y mientrastanto vemos como los cohetes despegan del suelo para estrellarse contra el cielo. Al acabarse la traca que pone punto final a la pirotecnia nos despedimos hasta el año que viene. Sabemos que así será.

Mi madre me vuelve a coger de la mano (no me gusta que lo haga, pero se lo consiento, es una vez al año), y subimos para ver bajar a nuestra abuela Santa Ana. Aún me sigue sorprendiendo, que en la bajada haya gente que se descalce y haga penitencia. Que aún quede gente creyente, aunque personalmente creo que lo hacen más porque la gente crea que así lo es. Acabamos el recorrido y como marca la tradición cenamos y luego mi calle se llena de coches preparados para el botellón.

Entre "gelipolas" y "toballa" nos reunimos. Bebemos para saciar la sed y algunos para perder la vergüenza. Este año hay algo diferente. El número de nuestro grupo ha aumentado considerablemente y no porque hayamos invitado a más forasteros por nuestra parte. Es un grupo de chicas. Increible, inmejorable. Cada una con sus particularidades que aquí no comentaré. Gracias a ellas, hemos vivido y sentido las fiestas como siempre lo habiamos deseado. Así que este post va para vosotras.

Deseo que esto solo sea el principio de una gran amistad. Deseo que ni el amor, ni el odio separe esto y que de nuevo el próximo 24 de agosto pasemos unas grandes fiestas entre "Mucans" y "SDLN's".

También va dedicado a ti Angelita. Que seas feliz en tu nueva vida.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

He vuelto!

No se por qué cuando hablo contigo me dan ganas de escribir. Y llevaba ya tiempo sin hacerlo. Pero de pronto vuelve la inspiración y vuelven mis relatos, que aunque la mayoría estan exentos de veracidad, algo hay de real en ellos. He vuelto y vengo con ganas de devolverle a este blog el camino que había cogido.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Hijo, en lo que sea... pero el mejor.

Llevo todo el verano sin inspiración. No sé que escribir, ni que decir. Ahora ya me encuentro en Sant Pere de Ribes. Mi madre me ha llamado varias veces y con una frase me ha dejado pensando. Supongo que intentando darme ánimos.

"Si tu padre pudiese verte se sentiría orgulloso."