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viernes, 24 de septiembre de 2010

No te pensaba invitar.


Sé directo, me dijo un amigo cuando ya estaba cansado de buscar al amor de mi vida. No te andes con rodeos, me dijo cuando intentaba buscar la conversación y la amistad en ellas. Y sobretodo, diles las cosas directamente cuando las pienses.

Y eso he hecho. Y de momento no funciona mal el sistema. En mi nueva escuela doy mi opinión como el que más y además no me callo nada. Basta ya de estar en la sombra de una escuela que propone cosas sin sentido. Por fin soy yo el que propone la cosas. Y va y resulta que además tengo gente que me sigue y  acompaña en mis ideas.


Hoy, a las dos, yendo de camino al café del jueves (es el único descanso que tengo en todo el día), ibamos unos cuantos commpañeros de camino a la cafetería que se encuentra a escasos dos cientos metros de la escuela. De pronto me he encontrado con la maestra de inglés. Mientras el resto continuaba su camino hacia la cafeína, he pensado por segundos que queria conocerla y le he dicho:

- Vols vindre a fer un cafè, Anna?- mientras el resto se alejaba.

- No. Merci, en un altre moment!- Contesta ella muy simpática.

- ¡Tranquil·la! Que no pensava convidar-te- Le he contestado sin pensar.

Raúl me ha mirado con mala cara pensando en la frase que le había dicho.  En cómo había contestado así a una compañera que ni siquiera conocía. Hemos continuado hacia "el Garrofer" y hemos tomado el dichoso café sin darle más vueltas en si lo que le he dicho le ha sentado mal o bien.

Por la tarde, y después de cuatro horas de clase los niños estaban insoportables. He sacado lo que quedaba dentro de mi y ha sido más o menos soportable. A las cinco, cuando la escuela ya estaba casi vacia, Lluis y yo nos hemos coordinado, llevamos dos semanas sin hacerlo. Y más tarde ha llegado el momento de salir y dejar la escuela después de diez intensas horas de trabajo. Me he acercado a la sala de maestros (acabo de recordar que es el segundo dia consecutivo que me dejo el tupper dentro de la nevera) y allí estaba Anna. Aún trabajaba haciendo fichas de inglés.

- Encara continues aquí? Què no te canses?

- No em queda un altra. És "lo" dolent de tenir un terç de jornada.

- I ara què fas?- le pregunto mientras miro una tela de araña que estaba pintando para hacer un mural con vocabulario anglosajón.

- Estic fent un mural, però, no m'ha quedat massa bé.

- Doncs la pròxima vegada deixa'm que t'ajudi.

- No. No cal, gràcies. Tot hi que m'han dit que aquestes coses se et donen molt bé.

- Per això mateix t'ho dic. Però ja vec que la teva dinàmica és dir-me a tot que no avui.

Entonces empezó a reirse y la dejé con su sonrisa para salir de la escuela. De camino a casa, hice una pequeña parada para hacer una encuadernación. Al salir, volviendo a hacia mi humilde morada veo como ella va caminando dirección la parada del autobús. De repente, cambia de dirección y entra en un bar. Mi primer pensamiento es que seguramente había quedado con alguien. De pronto, cambio mi itinerario y me acerco hasta el bar. Miro por la puerta y veo que está sola. Entro.

- Què fas aquí? Dona la sensació com si t'estiguès perseguint avui!

- Estoy esperando el autobús. Voy a Barcelona- contesta en perfecto castellano.

- ¿Quieres compañia hasta que venga?- le digo esperando de nuevo una negativa suya.

- , claro- contesta de nuevo con la sonrisa de la sala de maestros.



Después de media hora de conversación en la que nos hemos conocido un poco más, volvió a decir que no. No quiso que le pagara el café, y con una sonrisa,  se levantó, pago ella y dijo:

- El próximo jueves a las dos. Pagas tú.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Això sí que és companyerisme

Anónimo dijo...

.... esperaba una historia de amor apasionada.... creo que me he perdido algo entre lineas ....